boy playing flute
Music Is Hope

Breve introducción a la musicoterapia en el ambiente del hospicio

C. Gourgey Ph.D.

La musicoterapia es mucho más que un entretenimiento musical. La práctica de la musicoterapia depende del grupo específico con que trabaja el musicoterapeuta. Yo trabajo en un hospicio con enfermos terminales, la mayoría con cáncer. Por lo tanto tengo en cuenta ciertos objetivos especifícos:

  1. Usar la música para elevar el espíritu de la persona. Por lo general trato de encontrar qué tipo de música le hace bien al individuo. A diferencia del dicho popular, la música no es un “lenguaje universal”, no más que cualquier lenguaje verbal. Hay muchos idiomas musicales, que corresponden a culturas diferentes. Esto quiere decir que debo “hablar” varios idiomas musicales (y también creo que hablar español es muy importante en una ciudad como Nueva York). La música que el paciente conoce, que le trae recuerdos y asociaciones agradables, le ayuda a disminuir su sensación de aislamiento, la cual puede ser una aflicción fuerte para los que están gravemente enfermos u hospitalizados. La música que expresa especialmente fe y consuelo puede ayudar a los pacientes a mantener la esperanza.

  2. Usar la música para mantener una conexión entre el paciente y el mundo exterior. Como dije antes, los pacientes hospitalizados pueden tener frecuentemente un profundo sensación de aislamiento. Además, por estar tan débiles, muchos no pueden hablar ni comunicarse “normalmente”. Por consiguiente, otras personas, incluyendo a los familiares del paciente, pueden fácilmente perder la esperanza, considerándolo como nada más que un “vegetal”, lo cual aumenta aun más los sentimientos de aislamiento y depresión que lo afligen. A través de la música puedo comunicarme de una manera no verbal con pacientes que no pueden hablar. Esto es un gran desafío para mí y me hace desarrollar mis habilidades intuitivas, ya que no tengo pistas verbales que me indiquen lo que siente el paciente.

  3. Usar la música para reunir al paciente con sus familiares. Muchas veces si el paciente está muy enfermo los familiares y visitantes no saben qué hacer. Solamente se sientan en el cuarto leyendo sus periódicos o mirando por la ventana en vez de interaccionar con el paciente. A veces sugiero a un miembro de la familia que le tome la mano al paciente mientras canto una canción que ambos conocen, y muchas veces el familiar puede sentir una respuesta de su ser querido. Si toda la familia está reunida se puede generar una experiencia colectiva. De este modo la familia entera puede mantener la esperanza de conservar una relación significativa con el paciente hasta el último momento de su vida.

Recientemente estuve trabajando con una mujer que no podía hablar en absoluto pero que lloraba sin cesar. Estaba inconsolable, pero no podía decir a nadie por qué estaba llorando. Dejó de llorar solamente cuando empecé a cantarle canciones espirituales (otros tipos de canciones no tenían efecto alguno). ¡Y me dijeron que esta mujer ni siquiera era religiosa! Este ejemplo nos muestra que la interpretación de la música es en realidad la parte más fácil. Lo difícil es averiguar exactamente lo que necesita la persona y descubrir una manera de satisfacer esta necesidad.

Una vez estaba trabajando con una mujer que había sufrido un derrame cerebral. No podía hablar y apenas podía moverse. Cuando sus niños la visitaban solían gritar para hacerla comprender, con lo cual sólo conseguían alejarla de ellos. Pero cuando tocaba la flauta para ella se le iluminaba la cara y me tomaba las manos moviéndose para atrás y para adelante como si estuviera bailando.

Muchos pacientes que ya no pueden comunicarse verbalmente necesitan ser contactados y abrazados en un nivel “preverbal”. La música, y especialmente el sonido reconfortante de la voz suave de otra persona, puede lograr la comunicación desde este nivel aun cuando fallen completamente las palabras. Muchas veces a través de la música los pacientes todavía pueden sentirse amados, incluso durante un tiempo en que el amor puede parecer esquivo.